Tenía muchas ganas de abordar este tema tan delicado, principal-
mente porque a pesar de mi convencida postura de que los animales no son juguetes la otra cara de la moneda es lo mucho que aportan estos maravillosos seres en el crecimiento psicológico y emocional de los niños.
Tener una vida a su cargo
debería desarrollar en ellos el concepto de la responsabilidad, sentirse útil y necesario es de las experiencias más gratificantes para ellos.
Como adulto y madre, sin embargo, he de admitir que normalmente las cosas no salen bien por nuestra culpa. Somos nosotros mismos los que no sabemos enseñarles el respeto, el buen trato y el trabajo duro que forman parte de tener una mascota. Y para no complicarnos la vida simplemente decimos NO...
ANTES DE SEGUIR LEYENDO :
1) Hemos de ser conscientes de que como padres a veces idealizamos o infravaloramos a nuestros hijos en función de su edad. La capacidad de ser responsable no va unida a una edad concreta sino a un intervalo seguro, con el que muchas veces podemos equivocarnos. Por lo tanto, no debemos ser rígidos sino consecuentes. Un niño de 4 años, por mucho amor que le ponga a todo lo que haga no puede ocuparse totalmente de una mascota, en esa edad nos necesitará al 70%. Mientras que no por haber pasado de los 9 años, podemos estar seguros de que lo hará bien y se hará cargo de todo él solo.
2) Hay que tener en cuenta siempre las limitaciones de los padres. Como personas que somos no a todos nos gustan los animales, y aún gustándonos no todos estamos dispuestos a gastar nuestro tiempo con ellos limpiando caquitas o rellenando bebederos. Y cuando un hijo tiene una mascota, seguro que nos tocará hacerlo en algún momento!!
3) Todas las decisiones deben de ser tomadas con respeto y diálogo. Lo que se decide precipitadamente suele pasar factura ( sobretodo al pobre animal que no tiene culpa de nada de esto) y lo que se impone de forma rígida suele terminar rompiéndose y echándose en cara. Tener una mascota SIEMPRE implica una decisión familiar.
ANTES DE HABLAR CON TUS PADRES
1) Lee sobre los hámsters : ¿Estás seguro de que realmente quieres uno? Los hámsters sirios suelen vivir hasta los 4 años mientras que los hámsters enanos no sobrepasan los 2 años. Son animales nocturnos, así que mientras duermes ellos harán infinidad de ruidos que te despertarán constantemente. Además son sensibles al calor, la luz y muchas otras cosas como otros animales domésticos y niños pequeños. Si tienes algún gato en casa, probablemente tratará de comérselo y si tienes hermanos pequeños podrían hacerle daño sin querer al intentar cogerlo. No puedes ponerlos en la terraza donde les dé el sol directo ni haya corrientes de aire, ya que necesitan una temperatura ambiental estable. También deberás jugar con él todos los días para que se acostumbre a ti y tener su jaula limpia, limpiándola dos veces en semana más o menos para que siempre esté sano.
2) Se consciente de que una mascota es un gasto : Un animal necesita comida, accesorios y cuidados veterinarios que cuestan a veces un dinero bastante considerable. No puedes pensar que tus padres consentirán siempre en pagarte todo lo que tu hámster necesite, es posible que tengas que invertir en él toda o parte de tu paga. No puedes arrepentirte luego cuando quieras comprarte otra cosa o gastarte el dinero de su comida en golosinas para ti. Piensa detenidamente si es sólo un capricho o por el contrario los buenos momentos con él compensarán lo que monetariamente inviertas en su bienestar.
3) Ten seguro que cuidarás de tu mascota: Un hámster necesita que todos los días le pongas fruta y verdura fresca, le cambies el agua del bebedero, llenes su comedero de pienso y lo mimes durante un ratito. No puedes despertarlo para jugar con él si está dormido y si te muerde debes de ser paciente y tratarlo con cariño hasta que se acostumbre a ti. La jaula deberás limpiársela al menos dos veces en semana para que no huela mal y él siempre esté sano. Si crees que puedes dejar de hacer todo esto porque tengas mucho que estudiar o simplemente porque no te apetezca es posible que tus padres se arrepientan de haberte dejado tener a tu hámster y discutais.
4) Es posible que tus padres no te lo permitan: A pesar de todo lo que intentes para convercerlos y por muy responsable que seas, es posible que tus padres no accedan a que tengas una mascota. Intenta comprender sus motivos y acéptalo, aunque nosotros sí estemos preparados para tener un hámster a veces los demás no. No llores ni te enfades ni montes una gran escena de teatro griego, con eso sólo convencerás más aún a tus padres de que no estás preparado para hacerte cargo de una mascota.
CUANDO VAYAS A HABLAR CON TUS PADRES:
1) Aprovecha que estén juntos y sea un buen momento para hablar: Algo que odiamos todos los padres es que nos manipuleis al uno contra el otro, si vas por ese camino sólo conseguirás un NO aún más rotundo. Si pretendes decirlo cuando tengamos prisa, estemos haciendo la cena o el almuerzo o trás otra discusión, creo que nunca conseguirás lo que quieres. Debes elegir siempre un momento en el que tanto el padre como la madre puedan escucharte y prestarte toda la atención.
2) Mantén una conversación educada : Díles de manera sencilla y educada tu deseo de tener un hámster y acerte cargo de él, tanto en su cuidado diario como en tu contribución monetaria. Pide correctamente que te expliquen porque no quieren. Escucha sus respuestas atentamente y pregunta todo aquello que no te haya quedado claro pero sin discutir en absoluto. Agradece la explicación y cambia de tema. Si insistes en este momento habrás perdido toda posibilidad futura que pudieras tener.
4) Reflexiona sobre las explicaciones que te han dado: Muchas veces los padres dicen que No justamente, ya sea porque haya más mascotas en la casa, porque ese no sea el mejor momento para tener otro gasto económico o porque no te sobre el tiempo con los estudios porque hayas suspendido varias asignaturas. Ten en cuenta todo esto y sé sincero contigo mismo. Quizás realmente no sea el mejor momento de tener un hámster.
5) Inténtalo de nuevo: Si las explicaciones que te dieron tienen solución, intenta hablar de nuevo con ellos después de unas semanas. Muéstrales lo que has pensado para salvar esas dificultades que ellos ven. Sería muy bueno que ya hubieras empezado a poner en prática algunas de esas ideas, como haberte hecho responsable de otras cosas como de recoger tu cuarto, cuidar alguna maceta, prestarle atención a otras mascotas que haya en casa contribuyendo en su cuidado diario. dicen que una imagen vale más que mil palabras, si tus padres ven tu predisposición se lo pensarán.
6) Repite todos estos pasos : Mientras se sigan negando pero haya posibilidad pero no seas pesado ni lo intentes tras una discusión seria o un No justo. Sólo mientras las explicaciones que te den tengan solución y esté en tu mano. Muchas veces los mayores necesitamos más tiempo que los niños para hacernos a una idea o dejar que cambie algo en nuestra vida.
PARA LOS PADRES
1) Nosotros somos los adultos: Para los niños siempre es buen momento para satisfacer sus necesidades, deseos o caprichos, por eso es función nuestra la de poner los pies en el suelo y razonar la decisión de adquirir un animal para nuestros hijos. Una mascota nunca debe de ser una recompensa, ni debe otorgarse esa responsabilidad sólo para no tener que escucharlos más. Sin embargo, debemos saber dialogar con ellos, tanto para decirles No como para concederles el Sí. Los "porque lo digo yo" creo que ya nos los dijeron bastante a nosotros cuando eramos niños.
2) Una responsabilidad a medias: Una mascota nunca pertenece solamente al niño. La decisión de tenerla en casa implica que nosotros también como padres y parte de la familia debemos hacernos cargo de ella. Es imposible que un niño con su paga semanal o mensual se pueda hacer cargo del mantenimiento total del animal, aunque sí que es importante para enseñarle buenos valores que contribuya. Pero la mayor parte del gasto nos tocará a nosotros pagarlo. NUNCA deberíamos dejar morir a un animal por no querer pagarle un tratamiento veterinario que nuestro hijo con su paga no podría costear. Si no podemos hacernos cargo de eso, es mejor incluir esta dificultad en nuestro razonamiento para el No. Evidentemente, el gasto económico no es lo único que deben de hacer los padres, el niño necesitará una guía y una supervisión constante sobre sus cuidados hacia el animal. Por no hablar de esa pequeña ayuda en épocas de exámenes o de vacaciones con los abuelos en los que la mascota será enteramente "nuestra", ella y sus caquitas.
3) Cuando hay que decir sí : Si el único motivo que separa a nuestro hijo de su sueño de tener un hámster somos nosotros, quizás no estamos haciendo las cosas bien. Si el niño muestra signos de responsabilidad y amor hacia los animales, no es un capricho, colabora en las tareas de la casa, le ha hecho ya el hueco en su habitación para la jaula, esta conforme en colaborar con parte de su paga y nos lo ha pedido sin discusiones y tratando de salvar todos nuestros obstáculos se merece una oportunidad. A menos que tengamos un pánico incontrolable hacia estos pequeños roedores o no podamos hacernos responsables del animal cuando él no pueda, sólo nos queda el "porque yo lo digo". Quizás es hora de cambiar las cosas.
Información obtenida de www.wikihow.com y www.geocities.com/calhamassoc/Newsletter.html
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