mayo 22, 2007

El lenguaje corporal del hámster

Si los hámsters hablaran todo sería más fácil, sabríamos cuando se encuentran enfermos o cuando tienen miedo, qué les preocupa o amenaza e incluso si son felices a nuestro lado. Sin embargo, que no hablen de una forma explícita no significa que no puedan comunicarse con nosotros de alguna otra manera para hacernos entender todo esto. Para ello, está el lenguaje corporal.
Cuando hemos tenido más de un hámster en nuestra vida o estamos muy acostumbrados al que tenemos, somos capaces de entender en sus movimientos y expresiones corporales cómo se sienten. La observación continua de este animal nos permite establecer una serie de asociaciones entre las reacciones del hámster y su significado, de modo que al encontrarnos frente a él en un determinado momento podemos interpretarlas y actuar en consecuencia...


EXPRESIONES CORPORALES HABITUALES
Helga Fritzsche, en su libro "Hámsters", menciona algunas de las expresiones corporales más habituales y su traducción:

- Un movimiento convulsivo, así como un lavado continuo de cara repentino, significa miedo.

- El alzar de modo defensivo las patas delanteras, puede observarse en machos que han sido atacados de improviso por hembras y no tienen ningún modo de escapar. Este gesto previene o al menos retrasa un ataque aún más serio. Hinchar los abazones y mostrar la región abdominal suele ser interpretado como una amenaza.

-Permanecer inmóvil bocaarriba muestra resistencia y miedo. Ante la presencia de un hámster más viejo, los ejemplares jovenes suelen caminar estirándose, con la cola rígida y estirada hacia arriba para provocar en el otro reacciones de miedo y sumisión.

- Estirarse y bostezar con los ojos entreabiertos es una expresión de estar agusto y paz interior, así como lavarse al mismo tiempo de un modo jovial y lento. Limpiarse recíprocamente entre madre y crías, e incluso entre machos y hembras, que viven en armonia unos con otros indica afecto.

- Acariciarse la cabeza con una pata, a veces durante un largo periodo de tiempo y otra veces rápidamente y de pasada, denota ternura.

- El agarrarse recíprocamente puede tener diferentes significados: lucha, si hay mordiscos; ritual de apareamiento, si los animales lamen el estómago y los genitales del otro; juego, si brincan de un modo amigable alrededor el uno del otro durante cortos espacios de tiempo.

- "Sentarse", apoyados sobre las patas traseras, es una postura que suelen adoptar si algo llama particularmente la atención del hásmter.

OTROS MOVIMIENTOS Y REACCIONES
En el día a día con estos animales se pueden observar muchísmas expresiones corporales puntuales, que si bien no ocurren frecuentemente su traducción puede ayudarnos en ciertos casos:

- Decaimiento, movimientos lentos, lánguidez, pueden ser síntomas de alguna enfermedad.

- Jugar en la rueda nerviosamente, escarbar, subirse por las rejas, todo esto de una manera exagerada, implica un estrés en el animal, que se siente amenazado e intenta huir. Necesita tranquilidad y deberíamos comprobar si tiene bastante agua y comida.

- Intentar escapar insistentemente cuando lo tenemos cogido, significa que ya ha tenido bastante y deberíamos regresarlo a su jaula.

- En jaulas nuevas o en presencia de un hámster extraño es normal observar que se arrastran por encima de los objetos que haya: comedero, rueda, jueguetes... es su manera de marcar el terreno con su olor a través de su glándula umbilical.

- Mostrar los dientes, e incluso sacarse agitadamente la comida almacenada en los abazones, es un signo de amenaza.

- Permanecer inmóvil, rígido, durante un tiempo bastante largo, es la forma de reaccionar de los hásmters frente a ruidos fuertes o movimientos rápidos que consideran que provienen de algún depredador. La sensación es de que el animal está muerto o en shock.

ALGUNOS SONIDOS CARACTERÍSTICOS
El lenguaje corporal además suele ir acompañado de sonidos característicos que ayudan a la interpretación tales como:

- Chillidos, suelen ser de protesta ante otro hámster indicándole que se aleje y lo deje tranquilo. Estos chillidos también son propios de las crías que ya han abierto los ojos y deambulan por la jaula, ya sean dirigidos a sus hermanos como protesta por algún mordisco de juego, a la madre cuando intenta llevarlos al nido o a nosotros mismos cuando queremos cogerlos por primera vez.

- Gruñidos y castañeteos de dientes, son una amenaza y una indicación de que el animal está preparado para atacar al intruso.

- El sonido como de un piar de pájaro indica que hay crias recién nacidas en el nido. Este piar es un llamada a la madre para que los amamamanté o les dé calor y desaparece en cuanto las crias cumplen la semana o semana y media.

- Los bufidos suelen indicar miedo y resistencia. Casi siempre suelen ser emitidos hacia nosotros al intentar acercarnos al nido con crías o por querer coger al aimal sin que éste esté conforme.

- Un débil quejido o gemido agudo indica que el hámster se encuentra muy enfermo.

Información obtenida de http://www.hamsterhideout.com y http://maxpages.com/thehamsterpage

Etiquetas:


Sigue leyendo!

mayo 15, 2007

Consejos para juntar dos rusitos

El hecho de que nuestro hámster viva solo el resto de su vida nos hace muchas veces llegar a la conclusión de que necesita un compañero. Nada más lejos de la realidad. El hámster ruso en cautividad no es tan sociable como en su habitat natural, atacando por igual a machos y hembras adultos por su institnto territorial. La única opción favorable en la mayoría de los casos es mantenerlos en parejas macho-hembra corriendo con todas las consecuencias que ello conlleva. Y es que en ningún caso se puede asegurar al 100% que dos rusos se lleven bien y menos durante toda su corta vida...


La Pareja Adecuada :
Si se tiene la posibilidad, lo ideal es adquirir directamente los dos individuos a la vez, menores a los dos meses de edad y que hayan convivido antes juntos. Aunque parezca complicado, en la mayoría de las tiendas podemos encontrar lo que buscamos, ya que no suelen separar machos de hembras y suelen ser ejemplares jovenes para que visualmente sean atractivos al cliente.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, ya se dispone de un rusito, macho o hembra, habituado a estar solo, a su único olor, a su jaula y posiblemente mayor de los 5 meses de edad, y ésto lo complica todo.
Para empezar, si el animal tiene una edad avanzada (superior al año) no deberíamos plantearnos ni siquiera el cambiarle su vida solitaria. El límite de edad de un hámster ruso está en los dos años y los primeros sintomas de vejez comienzan a los 14 meses, pudiendo complicarse con enfermedades asociadas a la rápida degeneración de su sistema inmunológico. Si nuestro objetivo además es la crianza, las hembras se hacen estériles a partir del año y forzarla a críar en sus últimos momentos fértiles puede llevarnos a perderla en el parto, además de someterla a un estado de estrés que propiciará el canabalísmo al no sentirse ya preparada.
El tener una hembra adulta pero en edad de procrear no facilita las cosas, ya que las hembras son más reacias a la presencia de un macho. Aunque su celo es cada 4 días, normalmente no hay indicios visibles que nos permitan saber cuando puede aceptar con mayor sumisión al macho. Éste siempre ha de ser mayor que ella, principalmente en tamaño, dando buenos resultados al juntar ejemplares masculinos adultos con hembras menores a los dos meses.
Aunque, de todos modos, el buen funcionamiento de la nueva pareja sigue siendo un misterio en el que influyen muchos factores.

Factores que Influyen:
  • La época del año: Aunque parezca absurdo puesto que estos roedores no sufren de igual manera los cambios estacionales en cautividad debido a la climatización de nuestros hogares, la época del año en que juntemos dos rusitos es bastante importante sobretodo en las dos estaciones más extremas como son el verano y el invierno. El periodo fértil de una pareja de hámsters rusos en su hábitat natural va desde febrero a noviembre, abarcando todo el año en cautividad. Sin embargo, el mayor porcentaje de éxito al intentar juntarlos se produce en el intervalo entre esos dos meses correspondiendo con su instinto animal. Uno de los principales motivos suele ser el cambio de pelaje que experimentan de noviembre a febrero, visible cada vez con mayor frecuencia en cautividad. Este cambio de color y espesor del pelo del ejemplar macho también conlleva una esterilidad temporal que no les permite procrear en los meses más fríos del año, como medida de supervivencia de la especie. Este hecho singular expone a la futura pareja a un posible fracaso en su convivencia, dado que el macho en ese tiempo no le es útil a la hembra.
  • La hora del día: Los hámsters rusos son animales nocturnos, su nivel de actividad puede considerarse pleno entorno a la media noche mientras que durante el día y principalmente en las horas del mediodía se encuentran descansando en su nido. Por esta razón, no es aconsejable intentar juntar a dos rusos en horario diurno. El animal estaría demasiado molesto para querer compañia y podría asociar la llegada del otro hámster como una intromisión a su descanso. Tampoco es recomendable juntarlos en plena noche, principalmente porque debemos estar muy pendientes de ellos y porque con un nivel de actividad alto el rechazo sería inmediato. Por tanto, quizás el momento más aconsejable sea al caer la tarde, cuando el rusito ya ha descansado y empieza a hacer sus tareas cotidianas como montar en la rueda, comer un poco, lavarse, pero sin estar aún bajo la excitación nocturna.
  • El espacio: Es muy importante tener en cuenta este factor porque cuánto mayor sea el espacio del que dispongan menor riesgo de peleas tendremos. Por eso, es necesario que a la hora de decidirnos por juntar dos rusitos tengamos una jaula lo bastante grande para los dos, no vale cualquiera y mucho menos pensar que dos hámsters pueden vivir en una jaula pequeña. Incluso si el lugar donde vamos a irlos juntando poco a poco es pequeño no tendremos éxito nunca. Una medida ideal de la que disponer sería 40x30 cm de base.
  • El lugar: El mejor lugar donde presentar dos hásmters siempre es una jaula completamente limpia, sin olores, un terreno neutro donde ninguno tendrá mayor ventaja sobre el otro. Si no disponemos de ninguna podemos intentar hacerlo en la jaula que dispongamos habiéndola lavado antes con lejía diluida para matar cualquier rastro residual de olor del ruso que vivía en ella y poniéndole material de lecho nuevo y limpio. Otra forma de hacerlo, aunque no siempre efectiva, es poner a la hembra en la jaula del macho, ya que el olor de éste en toda la jaula retendrá un poco la actitud agresiva con que suelen reaccionar todas las hembras.
  • La presencia de comida: El hecho de rociar algunas semillas sobre el lecho de la jaula donde vamos a juntarlos nos dará una óptima ventaja. La busqueda del alimento los distraerá en principio al uno del otro, aunque sea sólo por un breve espacio de tiempo. Si la comida la concentraramos toda en un único recipiente, cometeríamos un grave error ya que ambos hámsters acudirían al mismo lugar y lucharían sin dudarlo por el alimento. Para disponer de más tiempo también podemos esparcir por la jaula pequeños premios, de manera que los rusitos vean el encuentro entre ellos como una situación favorable.
Un Proceso Gradual:
Antetodo debe ser un proceso que se realice poco a poco y paso a paso. Es muy posible que la primera vez los hámsters se chillen, huyan o se ensarcen en una pelea, lo importante es procurar que en ningún momento se produzcan heridas. Incluso, aunque en principio la pareja se llevara bien hay que estar muy atentos a ellos para evitar cualquier posible ataque sorpresa.
Si nos hemos decidido por contar con un terreno neutral, los dos rusitos deben ser introducidos a la vez o en su defecto, siempre primero el macho. Pasada la distracción de la comida, los hámsters se encontrarán en uno u otro momento, pudiendo atacarse de improviso o iniciando todo un ritual de persecusiones y olisqueos. Cuando los dos animales se atacan y se muerden, pueden separarse si se les sopla. De esta manera nos dará el tiempo suficiente de sacar al hámster dominante, dejando al otro en el terreno neutro durante un día para luego volver a juntarlos de nuevo.
Otra opción sería hacernos de un cartón que pudieramos interponer entre los dos y dejar que se acercaran a éste, permitiéndoles olerse pero sin llegar a actos violentos.
De un modo u otro, lo importante es ser pacientes y no dejarlos nunca solos. La rápidez con que un ruso puede matar a otro es sorprendente, aparte de que una vez que se han producido heridas no hay posibilidad de juntarlos de nuevo. Tanto uno como otro serán siempre conscientes de su victoria o su derrota y no soportarán estar juntos bajo ninguna circunstancia.
Lo conveniente una vez presentados sería no mantenerlos juntos más de 5 minutos los 3 primeros días, e ir aumentando en 5 o 10 minutos después, durante una o dos semanas, hasta haber comprobado que se toleran perfectamente. El mejor indicio para saber si esto es así, es que duerman juntos. Un hámster nunca comparte su nido si sigue considerando al otro como un extraño.

Advertencias:
  1. Antes de tomar esta decisión primero debes tener en cuenta que te hará falta una segunda jaula seguro, ya no sólo por si no consigues que lleven bien sino para cuando te haga falta separar al macho para que la hembra descanse tras varias camadas. Si no dispones de sitio o este hecho puede ponerte en dificultades con las personas que viven contigo, por favor no adquieras un segundo hámster para luego regalarlo, devolverlo o en el peor de los casos desentenderte de él en algún jardín o campo.
  2. Los rusitos, al igual que la mayoría de los roedores, son animales muy prolíficos. Ten muy presente que vas a hacer con las crías, porque es seguro que las habrá y serán muchas y seguidas. No dejes para el último momento encontrar quien las adopte o una tienda que te las acoja, en cuanto cumplan el mes de vida ya será necesario separarlas de los padres y no pueden vivir todas juntas. Si no vas a poder darles un futuro digno, no merece la pena.
  3. Cuando vayas a juntarlos prevee todas las cosas que necesites y dispónlas cerca. No te olvides de tener unos guantes gruesos puestos cuando tengas que separarlos, normalmente en esa situación de estrés el hámster no sabe que tu mano no es su enemiga y te morderá.
  4. Hay hámsters que por su naturaleza son agresivos con sus mismos congéneres bajo cualquier circunstancia. Procura no adquirir un animal que muestre este tipo de comportamiento.
  5. Se paciente y constante en los encuentros, pero sólo si ves predisponsición entre ellos. Evitales y evitate un mal rato si después de juntarlos varias veces no se soportan y se siguen atacando.
  6. No juntes nunca los hámsters fuera de la jaula o del recinto donde vayas a tenerlos juntos, pueden escaparse al intentar huir o saltar de tus manos.
  7. Si soplando no consigues separarlos tendrás que meter la mano en medio, por eso es bueno tener los guantes gruesos. No intentes coger al animal atacado, aunque tenga sangre. Deja primero que se tranquilice y luego curalo.
  8. Juntar dos rusitos sólo para que se apareen es difícil, sobretodo porque no es seguro que se toleren al primer encuentro. La hembra dejará con más facilidad que la monte el macho si convive con él que si intentas ponerlo junto a ella los días que crees que está en celo.

Etiquetas:


Sigue leyendo!

mayo 10, 2007

El Canibalísmo en los Hámsters

He encontrado un artículo bastante bueno sobre este tipo de comportamiento que tanto nos preocupa y nos conmociona cuando lo vivimos con nuestros rusitos. Desde luego, merece la pena leerlo.

" El canibalísmo es un comportamiento muy frecuente en roedores como los hámsters, jerbos, ratas y ratones y este hecho les ha otorgado muy mala fama. Esta excéntricidad puede resultar inconcebible para cualquier persona, pero tiene su origen en el instinto de supervivencia animal. Por más que pueda parecernos antinatural desde un punto de vista "humano", en la mayoría de los casos se puede considerar como normal (dentro de su excepcionalidad) el acto de canibalísmo más habitual: el de una hembra devorando a su camada.


Cuando un hámster hembra tiene crías, se puede dar el caso de que se coma parte o toda su descendencia pero, aunque parezca increíble, la mayoría de las veces esto es ocasionado por la intervención humana. No existe una única cusa para que se produzca la antropofagia, sino varias que acaban desencadenándolo.

¿En qué consiste este comportamiento?
El comportamiento canibal se basa, en el caso de los roedores, en mutilar o devorar a sus propias crías. Existen dos tipos de canibalísmo : uno "normal" y otro "aberrante". En el primero, la madre devora a la crías que mueren o nacen muertas. Se puede denominar como normal puesto que se produce para eliminar los restos del nido que podrían traer problemas para el resto de la camada. Pero ¿porqué estos roedores no optan por sacar a sus crías de la madriguera? La respuesta está en que son vegetarianos y no ingieren suficientes proteínas. Además, los tejidos vegetales contienen proteínas de peor calidad. Devoando a las crías muertas se consigue reincorporar parte de las reservas que la madre empeló durante el embarazo.
El canibalísmo aberrante es aquel en el que cuando se produce dicho comportamiento, no ofrece ninguna ventaja para la especie puesto que se mata a animales sanos, con lo cual se pone en peligro la crianza para la pareja que practica dicho canibalísmo.

¿Cuáles son las causas?
Uno de los motivos puede ser que la hembra sea demasiado joven y no se sienta capacitada para sacar adelante su camada. Por esto se recomienda que no se críen antes de los dos meses, ya que puede que no tengan la suficiente leche para amamantar a los recién nacidos y opten por comérselos. Las pequeñas crías le servirán para almacenar las proteínas necesarias para su próxima camada.

Otra situación posible es que la hembra sienta que le falta espacio o comida. En este caso, considerará que no podrá sacar adelante a todas sus crías, así que mata a las más débiles para que las más fuertes sobrevivan. Ella no sabe que dispone de toda la comida y espacio que quiera ya que su comportamiento es igual que si no estuviera en cautividad. Además, piensa que lo que tiene en un momento determinado es de lo que dispone y trata de adaptarse, sin contar con la ayuda que su criador puede proporcionarle. Por eso es importante que tengan mucho espacio y comida.

Como ya hemos mencionado, cuando nacen crías muertas, la madre opta por la limpieza del nido para evitar problemas infecciosos. Se puede decir que es normal puesto que obedece a un fin concreto : elimina restos del nido que podrían atraer a depredadores y que, además, si quedaran en el propio nido, se pudrirían pudiendo provocar enfermedades que acabasen con el resto de la camada. Como ya se ha mencionado, los hámsters siempre actúan como si no vivieran en cautividad y, por lo tanto, consideran que pueden sufrir ataques de externos. Las crías enfermas o muertas deberán ser apartadas del nido.

Molestar a una madre reciente durante los momentos del parto o la lactancia puede provocar un acto de antropofagia. Hay que intentar que la hembra se sienta segura. Por lo tanto, lo más importante es no intervenir en estos momentos y prevenir un posible rechazo hacia las crías. Tocar el nido e impregnarlas con nuestro olor corporal es aun peor. Los hámsters son prácticamente ciegos y se guían por el oído y por el olfato. Si una hembra detecta un olor diferente en una de las crías, pensará que es un intruso que ha venido a atacar a sus pequeños. La rechazará o la atacará y matará para proteger a las demás. Por eso no se deben coger a las crías hasta pasados al menos quince días de su nacimiento. Si fuera imprescindible cogerlas, lo más aconsejable es utilizar unos guantes de látex.

Medidas Preventivas:
El comportamiento antropófago en los roedores es un acto muy desagradable y para evitarlo deberemos tener en cuenta los factores desencadenantes. De lo contrario, nunca conseguiremos que la mascota críe y, si lo hace, puede que obtengamos ejemplares mutilados durante los ataques de la madre.

No es recomendable que las hembras menores de dos meses se reproduzcan y, en caso de que sea inevitable, se deberá prestar especial atención a su alimentación. Tampoco deberemos intervenir en los moentos previos y posteriores al parto y la lactancia.

El estrés ocasionado por la falta de espacio o comida puede provocar la intranquilidad de la hembra y, como consecuencia fatal, el ataque a la camada. Que la madre esté molesta y estresada es la principal causa del canibalísmoy, por tanto, deberemos prestar atención a este factor. El lugar para la cría deberá ser tranquilo y adecuad, y los animales deberán ser molestados lo menos posible.

Por último, hay que tener en cuenta que una vez que el canibalísmo aberrante aparece es casi imposible conseguir que cese este comportamiento, por lo tanto lo mejor es la prevención."

Articulo sacado de www.misanimales.com

Etiquetas:


Sigue leyendo!